Vistiendo a la griega desde hace 2500 años, por Cathaysa Cabeza

Vistiendo a la griega desde hace 2500 años, por Cathaysa Cabeza

“Clásico” es un término que podemos usar a diario. ¿Pero qué es lo clásico? A mí me gusta recordar a un profesor de mi facultad que decía “Lo clásico y a lo que llamamos clásico es aquello que nunca pasa de moda”. Si a una época histórica se la ha llamado Historia Clásica, Antigüedad clásica o Cultura Clásica (historia de la civilización grecolatina), posiblemente algo de esto tenga de nunca pasar de moda. Ya se dieron cuenta allá por el Renacimiento de esto y se dedicaron a pintar y esculpir los grandes mitos, invocar a las musas o repetir los patrones de los grandes héroes. En la actualidad las grandes marcas como Versace, Dior o Ennea siguen inspirándose en esta época para crear moda y complementos.

Pero no es nada nuevo, en España llevamos muchos siglos adoptando y adaptando las modas grecolatinas. Es más, la península Ibérica lleva unos 2500 años usando joyas de estilo griego. Allá por el 575 a.C. desembarcaron en lo que hoy es Girona unos primeros contingentes foceos (la Focea era una zona costera de cultura griega en la península de Anatolia, actual Turquía) con intención de crear un nuevo asentamiento. No vendrían de muy lejos, muy cerca ya habían fundado otra ciudad, Roses (nombre derivado de la propia isla griega de Rhodes). Además, se encontraban cerca de un asentamiento anterior, Ullastret, y a pocos kilómetros de la necrópolis de Vilanera.

Esta era una zona ideal para el comercio y la extracción de metales, con lo que fundaron una ciudad cuyo nombre resuena aún en nuestros oídos: Empùries o Ampurias, en griego Emporion (ciudad de comercio). ¡Y qué buen nombre! A lo largo de los siglos jugó un importantísimo papel dentro del comercio marítimo, contribuyendo al desarrollo de la cultura ibérica. Aparecen en las obras de Estrabón, Ovidio o Polibio y su historia llegó hasta el Medievo. Las investigaciones arqueológicas desarrolladas en la ciudad también tienen una larga tradición, por lo que es un lugar perfecto para documentarnos sobre cuáles fueron las primeras modas foráneas. Hagamos un repaso por algunas de las piezas más interesantes que nos ofrece el yacimiento.

Fig. 1 (García Benajes, 2018: 228) 

Empecemos por los anillos. La primera pieza en oro (fig. 1) es una de las más antiguas y procede de la isla de Chipre (siglo VI a.C.). Es un modelo formado por un arete y un chatón de forma ovalada, que se elabora aparte. En el chatón suele gravarse algún motivo zoomorfo (animales), como este ejemplo con un león con la boca abierta, o figurativo (representaciones humanas).

El otro ejemplo (fig. 2) está formada por una varilla de oro de grosor muy fino y en cuyo chatón tiene un ágata engastada. Se trata de un modelo de época clásica, momento de esplendor de la cultura griega. La joyería de entonces se nutría de representar a divinidades como Artemis, Afrodita o Eros, además de seres y escenas mitológicas. Sobre la superficie del anillo se ha tallado con delicadeza a una joven de perfil, apoyada en una columna. Tiene el pelo recogido en un moño en la nuca y el torso desnudo mientras sujeta en alto una pequeña vara. A sus pies hay un amorcillo y que le dirige a la muchacha un cetro del que penden dos cintas.

  Fig. 2 (García Benajes, 2018: 229)

En cuanto a pendientes traemos (fig. 3) uno de los tipos más famosos de época helenística. En este caso de una representación floral circular cuelga un pequeño Eros. Aparece hacia el siglo IV a.C. influenciado por la tendencia general que existe desde finales de la época clásica a valorar la importancia de la caracterización individual. A partir de este momento, un gran número de joyas, incluirán como uno de sus motivos principales figurillas como Eros o Nikés aladas.

Fig. 3 (García Benajes, 2018: 233)
 
La última pieza (fig. 4) es un medallón circular de gran diámetro en fino oro, probablemente importada de Siria o Asia Menor hacia principios del siglo III a.C. En la parte central se ha representa el rostro de Medusa, rodeada de un caos de serpientes que ocupan toda la superficie. Iba suspendido sobre el pecho mediante una triple cadena desde el cuello. Debemos destacar lo interesante que es este modelo iconográfico, muy usado en la Antigüedad. La Medusa tiene un carácter apotropaico, es decir, que sirve para infundir temor y dejar “de piedra” al enemigo. Aparece en representaciones de la diosa Atenea (fig. 5) y también fue usado por héroes mitológicos o reyes como Alejandro Magno (fig. 6).

Fig. 4 (García Benajes, 2018: 238)


A la izquierda (fig. 5) una escultura de Atenea romana, de copia de un original griega de Fidias. Porta en el pecho una Medusa (Museo Vaticano).
A la derecha (fig. 6) detalle del mosaico de Alejandro Magno en la Batalla de Issos (creado hacia el 310 a.C. Museo Arqueológico Nacional de Nápoles). Sobre la pechera luce también una cabeza de Medusa.

Hemos hecho un breve repaso a cómo la arqueología recupera para todos nosotros piezas que nos sirven para entender el arte, la historia y la moda que nos rodea. Ahora nos queda visitar todas estas preciosidades y decidir en qué nos vamos a inspirar para nuestro próximo outfit.

 

 

 

Bibliografía

Almagro Basch, M. (1947). “Estratigrafía de la ciudad helenístico-romana de Ampurias”. Archivo Español de Arqueología 20: 179-199.

Castanyer, P., Santos, M., Aquilué, X. Tremoleda, J., Pons, E., Martin, A., Roviera, C., y Mata, J. (2008). “Elaboración y comercio de plata y plomo en la Emporion griega y en los hábitats ibéricos de su entorno”. Revista d’arqueologia de Ponent, 18: 270 – 291.

García Benajes, E. (2018). La joyería del museu d'arqueologia de catalunya-barcelona de los siglos vii a.C-ii d.C. (Tesis doctoral) Universitat Autònoma de Barcelona, España.

Web del yacimiento y museo de Empúries: http://www.macempuries.cat/

 

Cathaysa Cabeza @bathzabbaidepalmira

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